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PSUV.- El 28 de enero de 1853, nace en la Habana, Cuba, José Martí, héroe
nacional de ese país, político, poeta, filósofo y escritor considerado uno de
los más grandes pensadores del siglo XIX en el continente. Sus padres fueron
Mariano Martí Navarro, procedente de Valencia y Leonor Pérez Cabrera, canaria,
de Santa Cruz de Tenerife.
Fue al
colegio de San Anacleto, dirigido por Rafael Sixto Casado y cuando aprendió a
leer se cambió a la Escuela Municipal de Varones, donde se encontró con don
Rafael María de Mendive, que frente a las restricciones paternas se hizo cargo
de la educación de Martí, costeándole los gastos del bachillerato. Mendive,
educador y poeta, se convirtió en su segundo padre e imprimió en él una marca
para toda su vida.
En
1868, año en que se produce el Grito de Yare, comenzó a colaborar en un
periódico con intenciones políticas independentistas, lo que provocó su ingreso
en prisión y más tarde su destierro a España, donde continuó sus estudios.
Se
estableció en Madrid y en 1871 publicó “El presidio político en Cuba”, su
primera obra en prosa. En 1873 se trasladó a Zaragoza donde estuvo 16 meses y
consiguió licenciarse brillantemente en Derecho. En los posteriores cuatro
meses, se dedicó a terminar su licenciatura en Filosofía y Letras.
Al año
siguiente viajó a París, donde conoció a Víctor Hugo y a Augusto Bacquerie. En
este viaje terminó desembarcando en Veracruz, México, donde estuvo durante dos
años. Este período es trascendental en la vida de José Martí: comenzó a conocer
la grandeza del pasado indígena y el período colonial.
Con la
paz de Zanjón, en 1878, regresó a la Habana y un año después vuelve a salir
deportado hacia España (1879). Allí, siente nostalgia de su hijo y publica
Ismaelillo y Versos libres.
Al año
siguiente (1880) vuelve a América y se establece en Nueva York, desde donde
planea y organiza la liberación de su país. Su fama crece. Argentina, Uruguay y
Paraguay le confían su representación consular en la gran urbe norteamericana;
pronuncia discursos, escribe artículos y versos, conspira, lucha, funda la Liga
Patriótica y redacta las Bases del Partido Revolucionario Cubano. Por supuesto,
su actividad política no impidió que continuara su labor poética: en 1891
escribe Versos Sencillos.
El 11
de abril de 1895 desembarca en la Isla de Cuba, con Máximo Gómez y otros cuatro
patriotas en Playitas, provincia de Oriente. El 15 de abril recibe los grados
de Mayor general del Ejército Libertador. El 18 de mayo de 1895 escribe a
Manuel Mercado una carta que es considerada su testamento político.
En los
años siguientes, su vida de conspirador es de una constante agitación y en
1895, cuando los patriotas cubanos se levantan, embarca en Cabo Haitiano,
después de haber suscrito con Máximo Gómez el Manifiesto de Montecristi. El 19
de mayo de ese mismo año, en la acción de Dos Píos, una bala le alcanzó y segó
la vida del héroe cubano en plena madurez.
José
Martí fue un romántico por su inspiración y rebeldía, un precursor del
Modernismo por sus gustos e inquietudes y por las cualidades de su prosa, un
orador de gran altura, el héroe de un pueblo al que entregó su inteligencia, su
voluntad y su vida.
Martí
es presente y futuro. Placer al alma y fuertes testimonios hallamos en sus
obras completas y en su epistolario, escritos con la agudeza de un intelecto
que tienen hombres con su grandeza de espíritu humanista y de carácter
antiimperialista, antianexionista, antirracista, antiesclavista y
latinoamericanista.
José
Martí ha pasado a la historia como el héroe nacional de Cuba. Por su entrega a
la causa de los pobres y a la libertad de los pueblos, se ha ubicado como uno
de los insignes hombres nacidos en la Patria Americana.
“Con
los pobres de la tierra” echó su suerte. Su prédica constante fue convocar a
los hombres a crecer hasta la estatura de los buenos, como escribió a los niños
en La Edad de Oro:
“Antes
todo se hacía con los puños: ahora la fuerza está en el saber, más que en los
puñetazos; aunque es bueno aprender a defenderse, porque siempre hay gente
bestial en el mundo, y porque la fuerza da salud, y porque se ha de estar
pronto a pelear, para cuando un pueblo ladrón quiera venir a robarnos nuestro
pueblo. Para eso es bueno ser fuerte de cuerpo, pero para lo demás de la vida,
la fuerza está en saber mucho…”
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